En el Cuaderno Amarillo, la noche del 16 al a 17 de julio 1897, después de una recaída profunda en su enfermedad y de una nueva hemoptisis, dice a sus hermanas carmelitas:
“Presiento que voy a entrar en el descanso. Pero presiento sobre todo que mi misión va a empezar: mi misión de hacer amar a Dios como yo lo amo, de dar a las almas mi caminito. Si Dios escucha mis deseos, pasaré mi cielo en la tierra hasta el fin del mundo. Sí, quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra”
Se trata de la frase quizá más conocida de las pronunciadas por Teresita en el tiempo de su enfermedad, casi su agonía. Y en ella nos descubre su misión. La pregunta esencial de cada uno de nosotros es, entonces: ¿cuál es mi misión en medio de esta época de noche oscura?
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